Las empresas inmobiliarias han innovado en la forma de construir edificios, pues en la mayoría de casos se trata de estructuras de hasta 20 pisos capaces de resistir sismos de alta magnitud.
Por estar ubicado en el Círculo de Fuego del Océano Pacífico, Perú es considerado un país sísmico. Solo basta recordar los temblores que azotaron la capital para entender lo importante que resultará comprar una vivienda que cuente con todas las medidas preventivas en caso se produzca un movimiento telúrico de gran magnitud.
En ese sentido, es muy importante entender qué es un edificio antisísmico. En esencia, se trata de una edificación que posee un mayor grado de flexibilidad, sin que eso implique una pérdida de rigidez. Es decir, el edificio no opone resistencia y se mueve junto con el sismo, lo que genera menor daño a la estructura.
Pero, también están las construcciones sismorresistentes, es decir, aquellas que deben resistir el sismo. En este caso, la edificación que podrá verse afectada estructuralmente no llegará a colapsar y permitirá que los habitantes salgan tranquilamente de su edificio.
Inmobiliarias como Besco, COSAPI y Líder son compañías que destacan por poseer altos estándares de construcción y no escatiman presupuestos en materiales con tal de edificar viviendas antisísmicas. “Los expertos recomiendan incluir encuentros articulados que se ubican en las intersecciones, donde pilares se topan con las vigas y otros puntos similares”.
Reconoce un edificio antisísmico
La condición antisísmica de un inmueble se explica a partir de diversas variables. Entre las que destacan:
1.Tipo de suelo
Lo primero que deben hacer las empresas inmobiliarias para garantizar una construcción antisísmica es investigar sobre el tipo de suelo en el que se va a construir, ya que esta superficie es la que transmite el movimiento. Una ciudad como Lima posee diferentes tipos de suelo, por eso, lo ideal es que el terreno no sea blando, pues eso amplifica las vibraciones. Sin embargo, existen medidas que pueden contrarrestar los efectos de este tipo de suelo, como una cimentación adecuada para amortiguar el movimiento.
2. Diseño del edificio
En la etapa de diseño se deben establecer las características de la distribución interna del edificio. Lo ideal es que la estructura encuentre un balance entre rigidez y flexibilidad, con el propósito de que responda bien ante la fuerza del movimiento a la que estará expuesta. Si una estructura es demasiado rígida, el sismo ocasionará grietas. Pero, si es demasiado flexible, terminará perdiendo su forma original.
Los expertos recomiendan incluir encuentros articulados que se ubican en las intersecciones. Además, se incluyen otros factores, como aisladores o amortiguadores de sismos, los cuales se colocan en los cimientos de la edificación y disminuyen el impacto del movimiento.
3. Materiales
Las empresas inmobiliarias deben utilizar materiales que tengan un alto nivel de absorción del movimiento y energía liberada en un sismo. El cemento o el hormigón deben ser sometidos a pruebas para comprobar que son capaces de soportar un sismo.
4. Normativa vigente
Existe una normativa que todas las empresas tienen que seguir para construir un edificio resistente a los sismos. En este caso, es la municipalidad de cada distrito la que debe verificar que cada proyecto inmobiliario se desarrolle de acuerdo con las normas.